Crisis política en Costa Rica y organización social

José Merino del Río *

Cada día que pasa es más evidente que el Gobierno se derrumba como la trocha 1856. Las opiniones de malestar y descontento de la gente aumentan cada día, y no se divisa en el horizonte ni el más leve signo de cambio que invite a pensar que las cosas pueden cambiar en el futuro.

Pero no solamente el descrédito y la desconfianza alcanzan al Poder Ejecutivo, pregunten a cualquier persona en un bus, en la calle, en el barrio, en la familia, en el trabajo que opinión tiene de la Asamblea Legislativa, de los partidos políticos, del Poder Judicial o de la Contraloría, y las opiniones no van a ser muy distintas de las que tienen sobre la presidente Chinchilla y su gobierno.
El malestar se palpa y la desconfianza generalizada también. Unido eso al sentimiento de que no hay Gobierno, ni rumbo, ni que nadie sabe para dónde va el país, que el pueblo siente que cada día está peor y que el pesimismo embarga a la mayoría de los costarricenses, es evidente de que algo está pasando y nada bueno para los de abajo.

Tomando en cuenta todo esto es lógico que se hable de crisis política, como reza el título de la conversación que la directiva UNDECA me ha invitado a tener con ustedes: Crisis política y organización social.

Y sin embargo, a mi juicio, no me parece que responda a la realidad que hablemos de crisis política. ¿Por qué?

Hay crisis de gobierno, hay crisis de funcionamiento de la democracia representativa y del sistema político, pero no hay crisis política.

Para que exista una crisis política, además de los factores antes mencionados, hay que agregar que los de arriba, como clase dominante, ya no puedan gobernar, y que los de abajo, el pueblo, haya construido un movimiento político y social que esté haciendo diariamente una oposición seria y fuerte al gobierno en el parlamento y en las calles—factor subjetivo le llamábamos antes, ¿verdad Chavarría?**–, que se levante como una esperanza en la que se canalicen los diversos descontentos, que el pueblo sienta que hay conducción, proyecto, objetivos, y de que no solamente es necesario luchar ya contra este gobierno incapaz y corrupto y contra los intereses que representa, que hay alternativa y aunque las cosas están mal y podrían estar peor, las cosas pueden cambiar el febrero de 2014 ganando las elecciones, y llevando a Zapote y a Cuesta de Moras un nuevo gobierno y una nueva mayoría parlamentaria, al servicio de los explotados y las explotadas, del pueblo entero de Costa Rica.

Entonces sí se abriría una nueva situación de crisis política en nuestro país, y veriamos a las clases dominantes y a su partidos vociferando, llenas de miedo, tratando de parar por todos los medios el ascenso popular y democrático. Algo así vimos y ustedes lo recuerdan porque muchos participaron y fueron protagonistas en los días del Combo-ICE y de la lucha contra el TLC. Espero que recuerden también como la clase dominante echó al cubo de la basura derechos democráticos del pueblo, para ganar con terror psicológico, amenazas, miedos, estoy hablando del Memorandun del Miedo como ya se habrán dado cuenta.

Pero hoy por hoy no es esa la situación que tenemos y que podemos observar, el malestar, la crispación, el berreo, no cambia la situación ni se canaliza hacia ninguna parte esperanzadora con la intensidad y fuerza necesarias. Por lo menos a ningún lado que pueda preocupar a la clase gobernante.

Es más, para ser realistas si las elecciones se celebraran mañana es muy probable que las ganaría el PLN encabezado por Rodrigo Arias.

¿Dónde quedaría la crisis política? Seguiría seguramente creciendo el malestar, pero a los que tienen el poder les importa un rábano, saben que gobernarían cuatro años más y esperarían que la gente se contente y sino peor para la gente.

Compañeras y compañeros, el problema más grave que tenemos hoy es que la economía y los negocios se han apoderado de la política y la controlan. En los últimos años se ha constituido en el país una plutocracia que ha cerrado completamente filas alrededor del PLN, que es el instrumento que tienen para poder seguir hablando de democracia, mientras el país se descompone y la democracía ha sido vaciada de contenidos.

A ese grupito le va muy bien, nunca habían hecho mejores negocios que ahora. Algunos políticos participan directamente en la fiesta como los hermanos Arias, otros se contentan con recibir las migajas de los siervos, de las comisiones, de los cargos, etcétera. Claro que esas migajas si las vamos sumando son cientos de miles de millones de colones.

Mientras ellos engordan en el país crece la miseria, la pobreza, la desigualdad social, la criminalidad, la corrupción generalizada. Para que ellos sean más ricos, más gente tiene que ser obligatoriamente más pobre, así funciona el sistema. Están dispuestos a poner el dinero necesario y a cometer los atropellos que sean necesarios para que el PLN siga en el poder.

¿Qué le puede importar a esas pandillas de facinerosos la suerte de la Caja, del ICE, de los recursos naturales, del agua…? Se enferman cada vez que oyen hablar de derechos del pueblo, para ellos sólo puede haber deberes y que se jodan los que no pueden pagar la salud, la educación, los servicios que todavía prestan las instituciones públicas.

Si pudieran, ¿ustedes creen que les temblaría el pulso para abolir el Código de Trabajo y las Garantías Sociales? Claro que lo harían, y si les dejamos algún día lo harán.

Tienen secuestrada la democracia, en realidad son demócratas de pacotilla que se llenan la boca hablando de democracia, y el día que les estorbe también entierran la democracia.

Compañeros y compañeras, esa me parece que es la realidad pero las realidades pueden ser cambiadas por los pueblos, la correlación de fuerzas que hay hoy no tiene por qué ser así mañana.

Es necesario y urgente que haya una verdadera crisis política en Costa Rica, por que eso significaría que está en marcha un poderoso movimiento político y social, consciente y en pie de lucha, dispuesto a arrebatarle el gobierno a la plutocracia y a sus representantes.

Hoy no lo tenemos, pero si nos ponemos a trabajar podemos tenerlo mañana.

Además del descontento señalado hay efervescencia y energía cívica muy grande en la sociedad costarricense. Grupos organizados por toda la geografía nacional que trabajan y forjan conciencia. Sólo en días pasados tuvimos en las calles a los trabajadores del ICE, a los campesinos, al pueblo de Grecia y de otras comunidades defendiendo su hospital.

Hay entonces razones fundadas para el optimismo y la esperanza.

Hay fuerzas políticas diversas comprometidas con la lucha, que trabajan todos los días en el parlamento, en la sociedad, en las calles cuando hay que estar, que también están ayudando a que más se gente se organice y tome conciencia.

Sin embargo lo que impera es la división y la fragmentación, así como el desinteres de amplios sectores populares.

Esas fuerzas políticas, sin perder ninguna su independencia, su identidad ideológica, sus principios, serían mucho más fuertes e influyentes si fueran capaces de unirse. Si se pusieran de acuerdo sobre las cosas importantes que hay que hacer ahora para defender al país y nuestro pueblo, y dejar las discrepancias sobre otros temas para más adelante.

Así es que se han construido alianzas y coaliciones en muchos países de Nuestra América, y ven como ha cambiado el mapa político de América Latina: desde la Independencia, hace 200 años, nunca había habido tantos gobiernos de izquierda en nuestro Continente. Ya la Cuba revolucionaria de Fidel y de ese heroico pueblo no está sola, a su lado han ido apareciendo gobiernos progresistas y de izquierda como nunca antes en la historia.

Sin embargo es necesario advertir sobre algo fundamental.

Tratar de enfrentar las diversas crisis que vivimos sólo desde el campo político y sumando sólo partidos, sería un gravísimo error que sólo a nuevas derrotas podría conducirnos.

Es imprescindible y de vida o muerte, la alianza de esos partidos con los movimientos sociales, y con todas las personas decentes, que quieren luchar por salvar a nuestra patria.

Sin la unidad de las fuerzas políticas y sociales ningún cambio será posible en Costa Rica.
Eso significa, compañeros y compañeras de UNDECA, que todos compartimos hoy las mismas responsabilidades, aunque llevemos a cabo nuestra militancia en distintos campos de la acción revolucionaria.

Por eso hay que superar también en el campo social la división, los enfrentamientos gratuitos, las rencillas, el sectarismo, el dogmatismo, que nos debilita y nos desanima.

Mientras no hagamos realidad lo que hace hace muchos años demandaba el Che Guevara: “Es la hora de atemperar nuestras discrepancias y ponerlo todo al servicio de la lucha”, no podremos avanzar ni tampoco de vencer.

A pesar de que cientos de miles de compatriotas y de inmigrantes no tienen ningún derecho a organizarse en las fábricas, en las plantaciones, en las grandes cadenas comerciales y de alimentos, en los call centers, en la construcción– situación indignante que hay que ver cómo enfrentamos de verdad–, existe en toda la geografía miles de organizaciones sociales que ya han mostrado su potencialidad en el pasado más reciente.

Si esa enorme diversidad encontrara alguna forma de unidad sobre los problemas que a todos nos afectan y que queremos resolver, se convirtiría inmediatamente en una formidable fuerza, que junto a las fuerzas políticas y culturales, sería una fuerza invencible.

¿Por qué no ponemos manos a la obra?

¿Por qué no vamos haciendo realidad la aspiración y el ideal que tenemos todas y todos?

Queridas compañeras y compañeros de UNDECA:

Este Congreso que hoy estamos inaugurando no puede ser, no debe ser, un congreso más. Tienen que salir hoy, de esta primera sesión, con la convicción que hay que trabajar por la unidad del pueblo.
UNDECA es un sindicato prestigioso, no sólo en la Caja también en el país.

Sus luchas constantes en defensa de Costa Rica y de los trabajadores, no sólo le han dado un merecido prestigio, sino que han convertido a UNDECA en uno de los referentes más importantes de la lucha popular en nuestra patria.

Ustedes tienen legitimidad y autoridad para hablar y ser escuchados. Cuanquier idea o iniciativa que salga de UNDECA suscitará interés y será recibida con respeto. Por eso es importante que este congreso dedicado a una de las más insignes revolucionarias y comunistas de Costa Rica, Carmen Lyra, le haga honor a la memoria de esa gran mujer y le dedique como homenaje, que ella en el panteón de las mujeres y hombres revolucionarios e ilustres de Costa Rica recibirá con alegría, que UNDECA está por la unidad de las fuerzas políticas y sociales de Costa Rica y que hará lo necesario y a su alcance para lograrlo.

Compañeras y compañeros, como presidente del Frente Amplio les traigo un fraternal saludo de la militancia frenteamplista. Entre UNDECA y el Frente Amplio se ha establecido una solida amistad basada en el respeto mutuo, en la cooperación , en la solidaridad.

Esa amistad se seguirá fortaleciendo en el futuro y de manera especial en la actual coyuntura luchando juntos en defensa de nuestra querida Caja y por el avance de la unidad en la diversidad.
Un abrazo, que viva UNDECA, que viva nuestra amistad, que viva el pueblo de Costa Rica.

Gracias.

* Intervención del exdiputado y actual presidente del Frente Amplio en la inauguración de VI Congreso Carmen Lyra de UNDECA, 16 de agosto de 2012.
** Pregunta a Luis Chavarría, Secretario General de UNDECA.