El Frente Amplio rechaza el despliegue del ejército de los Estados Unidos en el Mar Caribe y repudia cualquier eventual uso de esa fuerza guerrerista para invadir cualquier país latinoamericano. El Frente Amplio reitera sus principios de política exterior que incluye, entre otros aspectos, la prescripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones entre países. El Frente Amplio respalda la iniciativa del presidente de Colombia, Gustavo Petro, para coordinar la indispensable lucha contra el narcotráfico.
Los Estados Unidos inició desde mediados del mes de agosto una operación militar de gran magnitud en aguas internacionales del Mar Caribe. Zarparon de la Estación Naval de Norfolk el Grupo Anfibio de Preparación Iwo Jima, que incluye aviones de combate F35B y helicópteros, y la Unidad Expedicionaria 22 de Infantería de Marina, que se encuentran actualmente ubicados en el Caribe Sur.
Se trata de un despliegue de fuerzas navales y aéreas de los Estados Unidos, que incluye además un submarino de propulsión nuclear, un avión de reconocimiento P8 Poseidon adicional, destructores, un crucero con misiles guiados y un total de 4,500 marines.
Un oficial de la Infantería Marina dijo que: “El Grupo de Apoyo Aéreo de Iwo Jima/22 Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina (ARG/MEU) proporciona una Fuerza de Tarea Aeroterrestre de Infantería de Marina (MAGTF) flexible con base marítima, capaz de realizar operaciones anfibias y operaciones especiales designadas para cumplir con los requisitos del Comandante Combatiente”.
Esta movilización de fuerzas militares tendría el propósito, según voceros del gobierno de Trump, de defender la seguridad nacional de los Estados Unidos ante la amenaza de “organizaciones narcoterroristas”, es coordinada por el Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) y podría durar varios meses.
Funcionarios del gobierno de los Estados Unidos han dicho que “es sobre todo una demostración de fuerza, destinada a enviar un mensaje más que a indicar una acción militar inmediata de ataque de precisión contra los cárteles”. Sin embargo, la movilización otorga a los comandantes militares estadounidenses —y al presidente— “un amplio abanico de opciones” en caso de que el mandatario decida ordenar operaciones militares directas.
Desde un país pacífico y desarmado como Costa Rica se observa con alarma este despliegue de fuerzas militares, porque pueden ser el preludio de una intervención militar más de los Estados Unidos en uno o varios países de la América Latina.
El Frente Amplio
Reafirma ante esta situación principios de su política exterior como el respaldo a la autodeterminación de los pueblos (las naciones tienen derecho a resolver sus problemas sin injerencia externa), la no intervención (rechazo a cualquier forma de intervención en los asuntos internos de otros países), la solución pacífica y negociada de controversias y conflictos (“no hay camino para la paz, la paz es el camino”), y la prescripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones entre países.
Rechaza cualquier intervención militar o invasión a cualquier país latinoamericano, que no solo provocaría muerte de personas y destrucción material, sino que también tendría efectos negativos para las economías de la región, como la reducción de la producción, el crecimiento de la pobreza, el desempleo y el aumento de los flujos migratorios.
Entiende la complejidad de la lucha contra el narcotráfico y en ese sentido respalda iniciativas como la del presidente de Colombia, Gustavo Petro, que propone “juntar las inteligencias policiales de Colombia, EE. UU., Europa, el mundo árabe, y Venezuela para combatir juntos por un territorio sin mafias y por pueblos liberados”. Esa coordinación debería incluir a los organismos policiales de los países centroamericanos y del Caribe, en primer lugar, Costa Rica, y México azotados por este criminal negocio y sus secuelas de violencia.