Guadalupe Urbina y el Premio Reca Mora

Hace algunos días me enteré de que la Asociación de Compositores Autores y Musicales de Costa Rica (ACAM), me otorgaba a mi, a Guadalupe Urbina,  el Premio Reca Mora, por una vida dedicada a la música. Me alegra que se haga visible el trabajo de muchos años porque muchas veces una siente que este es un trabajo solitario en donde una debe congraciarse con la institucionalidad y la industria masificadora o la “exquisitez” elitista, para que su trabajo sea reconocido. La verdad es que a veces digo cosas incómodas y a veces recibo manuales correctivos de personas que me solicitan hablar de mejor manera. Pero sigo creyendo que la crítica es saludable cuando no es posible que el análisis y los intercambios se den sin miedo a perder privilegios.

Debo admitir que en cierta manera me siento lejos de mi provincia, en donde nací y a la que amo profundamente, porque es la base ética y estética del trabajo que hago. Antes me dolía el silencio y la invisibilización que, desde diferentes ámbitos, incluido el institucional, se veía y se ve mi trabajo y el trabajo de cantoras y cantores del país. Un trabajo en el que estoy dispuesta a recibir puntos de vista, críticas y opiniones para crecer en él. Pero obviamente sin interlocución eso es difícil y poco a poco aprendí que la parcela o el territorio de mis quehaceres estaba en mi corazón y en ese decir lo que siento y pienso cuando lo considero necesario, aunque a algunas personas se disgusten o se sientan aludidas. Ahora sé que mi Matria es enorme y que mi trabajo me ha hecho muy feliz. 

También sé que este tipo de trabajo que hago es un poco extraño en un mundo en donde la homogeneización es la norma. Pero también aprendí mucho de la visión pueblerina de la infancia que me enseñó a creer que una es la que quiere ser y que se hace un lugar para lo que quiera. Agradezco eso porque hay que ser fuerte para ser mujer, de origen campesina, afromestiza, proveniente de una clase materialmente pobre aunque millonaria de fuerza espiritual y de la gracia de vivir.

He decidido que el Reca Mora es para el trabajo de recopilación de 30 años, que he realizado en mi provincia, trabajo enamorado de la herencia indoblaquinegra, aún cuando los decretos no hablaran del afromestizaje y aún cuando dejé de vivir en la parcela de la provincia que me tocaba. Aún quedan 4 volúmenes del cancionero por realizarse y espero que pueda llevarlos a cabo antes de partir a otra dimensión y realizarlos con la dignidad que mi pueblo se merece y no sufriendo con formularios tristes interminables que parecieran una pesquisa policíaca de Hacienda para asegurarse que vas a hacer el trabajo por cinco pesos, cuando ya has pagado de tu bolsillo tu trabajo por más de 30 años. Porque el amor merece ser tratado con dignidad y los pueblos y quienes visibilizan sus símbolos también. 

Yo pasé por bancos, universidades, sindicatos, ministerios, museos desde hace más de 30 años tratando de convencerles, mostrando fotografías, audios y pasión, solicitando apoyos y debo decir que nunca recibí apenas nada y me daba cuenta que otras personas recibían dineros, patrocinios y mucho más en la capital. Quizá no tengo pasta de empresaria o buena comerciante, en este mundo no basta con hacer tu trabajo, es necesario hacer “lobby”, tener conexiones, enchufes y enchufitos.


Digo todo esto porque me embarga una gran alegría que el trabajo de una vida que ha sido el cancionero tradicional, que es una joya que yo me doy el lujo de interpretar, como heredera directa que soy de él tiene un reconocimiento y con él todas las gentes invisibles y sus expresiones a la orilla del mar, en su panga, en sus maizales y en sus cocinas dignas. Estoy segura de que un día la cultura de mi provincia dejará de ser solamente un homenaje a las grandes haciendas feudales del latifundio en plenos siglos XX y XXI para levantarse diversa, inclusiva para ser algo más que cocineras y sabaneros que hoy ya no tienen ni bicicleta y ni que decir de caballo y de tierra, mejor no hablar. Estoy segura de que ese verbo anónimo, pulido y gracioso será motivo de estudio para los eruditos que espero que no lo van a dejar en los estantes de la erudición y sueño, porque no, sueño que un día la gente despierte sabiendo que hay algo más que el repertorio que llevan 50 años considerando el único folclor y los lugares comunes que nos regalan las postalitas musicales contemporáneas. Y sueño con que las y los representantes oficiales de los gobiernos pierdan el miedo a ser disidentes con sus patronos y le den vuelta a esta ruleta y corran todos los riesgos y dejen de alinearse siempre con los gobiernos de turno. Porque antes de los gobiernos y los ministerios los pueblos hacen su cultura.

Por eso el premio es para la gracia, la estética y la ética ancestral heredada de las culturas de donde provengo.

¡Muchas gracias!

  • Guadalupe Urbina es cantaora y pintora costarricense.