III Congreso Ideológico, resultados de encuentros sectoriales: Sindical

-III Congreso Ideológico de Partido Frente Amplio: “Construyendo Esperanza”

Los aportes que se presentan fueron construidos fundamentalmente en el Encuentro del Sector Sindical (antecedido de un pre-Encuentro preparatorio) y participaron no solo militantes frenteamplistas sino además simpatizantes que son dirigentes o tienen trayectoria sindical, con similares preocupaciones al respecto a la situación de la clase trabajadora, en cuanto a las condiciones reales del empleo, su precarización, el ataque a los derechos laborales y la forma en que se debería fortalecer el movimiento sindical para poder responder a estas realidades. En el encuentro se hizo un diagnóstico de la situación laboral del país y de cuáles son los retos que tiene el movimiento sindical para superar su situación actual, cómo enfrentar de la mejor manera las luchas de la clase trabajadora en nuestro país y la manera en que el Frente Amplio debe participar en la temática sindical.

1.MERCADO LABORAL EN COSTA RICA: CUARENTA AÑOS DE NEOLIBERALISMO

La economía costarricense requiere urgentemente de reactivación económica responsable, justa y solidaria. De acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo publicada por el INEC al IV Trimestre del 2018[1], el año 2018 cerró con una tasa de desempleo abierto del 12%. Si comparamos esta tasa con las reportadas para el cuarto trimestre de cada año durante la última década, veremos que el desempleo en nuestro país ha tenido una fuerte tendencia al alza: mientras en el 2007 era de 4.6%, para el 2017 alcanzaba el 9.3%. En 10 años el desempleo se duplicó.

Pero el desempleo creciente no es más que el reflejo de problemas profundos en nuestra economía que tienen causas estructurales asociadas al aparato productivo local, a las condiciones de mercado existentes y a la política económica ortodoxa y desactualizada que ciertas élites económicas han impulsado desde 1980 – y que ahora perecen estar decididas a profundizar-. Un modelo de desarrollo que no fue pensado para el beneficio de las mayorías y estos son sus resultados:

  • MUJERES SIN TRABAJO. Una mujer tiene más probabilidad de buscar trabajo y no encontrarlo, que un hombre. Mientras la tasa de desempleo de la mujer es 14.9%, la del hombre es 10% y la general es de 12%. Esta brecha tiene ya varios años de existir.
  • JÓVENES SIN TRABAJO. Del 12% de desempleo casi la mitad son personas menores de 35 años (5,2%).
  • SALARIOS BAJOS Y DISPARIDADES. El promedio salarial por jornada completa en el sector privado es de ¢360 mil. Y las brechas salariales entre zona rural y urbana, y entre hombre y mujer, se han acentuado.
  • TRABAJO INESTABLE Y SIN GARANTÍAS. Del total de personas empleadas, el 44.9% trabaja en la informalidad (incluye personas asalariadas sin seguro social). Este porcentaje aumentó con respecto al año anterior en 3,8 pp[1], variación originada principalmente por las mujeres en la informalidad (que aumentó 6.6 pp) y los trabajadores independientes (que aumentó en 3 pp).

Particularmente sobre el desempleo de las personas jóvenes, el Estado de la Nación 2018[1], destaca las particularidades que deben considerarse al analizar este indicador para personas menores de 25 años. Entre 1987 y 2017, las oportunidades laborales que generó la economía para los más jóvenes crecieron a un ritmo menor que el promedio nacional y en todo el período ese grupo tuvo tasas de desempleo más altas. Al mismo tiempo −en concreto a partir de 2006− la participación laboral de los menores de 25 años se ha reducido de modo significativo. Los puestos de trabajo disponibles para personas menores de 25 años también han disminuido.

Este es el panorama que enfrentan las personas jóvenes en Costa Rica. Entonces, ¿cómo solucionarlo? Resulta evidente que la creación de puestos de trabajo es una necesidad. También resulta claro que deben ser trabajos formales, que aseguren las garantías constitucionales y en cumplimiento al código de trabajo, que practiquen la no discriminación salarial entre sexos, regiones y grupos sociales y que aseguren el pago del salario mínimo (al menos), tanto en el sector público como privado.

La reducción de la desigualdad y de la pobreza está estrechamente relacionada con los niveles salariales y las condiciones laborales en cada sector productivo, de ahí la importancia de asegurar condiciones laborales dignas.

Meneses et al. (2018) determinaron que entre 1990 y 2017 la mitad de la desigualdad de ingresos entre los ocupados (51%) se explica por las diferencias salariales existentes dentro y entre ramas de actividad, mientras que el resto es atribuible a otro tipo de diferencias, como sexo, edad, formación y ubicación geográfica, entre otros.

(Programa del Estado de la Nación 2018: 2019, Pág. 123)

2.ELEMENTOS PARA ANALIZAR LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA LUCHA DE CLASES

  • ELEMENTOS ECONÓMICOS

En el contexto, el proceso de acumulación de capital se da a escala mundial, donde los capitalistas nacionales se hacen regionales o se convierten en administradores para el capital trasnacional. La competencia con capitales trasnacionales exige maximizar aún más las ganancias y, por lo tanto, atacar aún más la legislación laboral, particularmente los salarios mínimos y todos los derechos laborales que impidan aumentar la tasa de ganancia.

La clase trabajadora, principalmente en el sector privado, ha perdido su capacidad adquisitiva. La carga fiscal es regresiva, colocando al pueblo en la terrible posición de pagar cargas proporcionalmente más pesadas que los empresarios

Se mantiene la lucha por los servicios básicos, la tendencia ha sido que en el mundo se ha perdido la función del Estado como garante del bienestar; y en Costa Rica vemos este proceso acelerarse en los últimos años, por ejemplo, el monopolio estatal de las telecomunicaciones se pierde, pero se mantiene en otros servicios fundamentales (electricidad, agua, etc.). Mantener estos servicios fuera del mercado es necesario para mantener el acceso de las clases populares a ellos.

  • ELEMENTOS POLÍTICOS

Tanto en el mundo como en Costa Rica, el modelo neoliberal se ha servido de la estrategia de la criminalización de la protesta y el ataque directo a los sindicatos y al derecho a huelga. La situación en Costa Rica con los proyectos legislativos en ese sentido son la mejor prueba de este retroceso político.

Así mismo, que los Gobiernos abandonen el diálogo y el reconocimiento de las organizaciones sindicales como legítimos interlocutores y que se privilegie solo a los grandes capitales es también algo a lo que Costa Rica ya no está ajena, por ejemplo, la UCCAEP es el interlocutor privilegiado del gobierno de Carlos Alvarado.

  • ELEMENTOS CULTURALES

El lenguaje neoliberal permea todos los espacios, tenemos entonces una exaltación de las nociones de competitividad, emprendedurismo, etc., y una negación de las relaciones patrono-trabajador/a hasta en lo simbólico.

Se ha promovido una diferenciación exagerada entre personas trabajadoras del sector público y del privado, para abrir una brecha y entre sí no se identifiquen como parte de una misma clase ni poseedores de los mismos intereses.

Se visibiliza la suposición de escasez y crisis económica permanente, casi natural, a la vez que se invisibiliza las condiciones de los grandes capitalistas, en su estilo de vida y en su responsabilidad sobre las crisis.

OTROS DATOS GENERALES

Para efectos del trabajo sindical es fundamental identificar algunos rasgos generales de la sociedad:

  • Empobrecimiento acelerado de la clase trabajadora, mayor desigualdad y polarización
  • Vinculación de la burguesía nacional a intereses transnacionales (abandono del proyecto nacional)
  • Enriquecimiento acelerado de la burguesía nacional
  • Procesos de “nueva” acumulación originaria (privatización, corrupción, cambio e irrespeto de leyes, uso de la violencia)

CORRELACIÓN DE FUERZAS: LA BURGUESÍA

En estos momentos, tenemos a una derecha fuerte y envalentonada (unida por proyectos, grandes empresarios se comieron a pequeños, aliados entre liberales y conservadores: mismo proyecto político, sin variaciones)

Tienen un control casi absoluto de los medios de comunicación masivos, formales, y control de la producción de fake news en redes sociales.

El nivel de hegemonía de la derecha en el pensamiento de las mayorías es tan fuerte que crecen las opiniones que favorecen el ejercicio de la represión y la violencia cuando haga falta al modelo económico o al estatus quo en general.

Existe un proceso de control privado expansivo de los medios de producción, destrucción de las instituciones del Estado Social de Derecho.

CORRELACIÓN DE FUERZAS: LA CLASE TRABAJADORA

Una clase trabajadora dispersa, fragmentada, dividida en sus objetivos, adversándose a sí misma por sectores, con una fuerte cooptación de algunos de ellos por parte del Gobierno, con distintas estrategias.

Las formas de organización popular y sindical están estancadas, resultan poco atractivas para nuevas generaciones. Además, la precarización del trabajo favorece la desorganización.

La pauperización en los barrios populares favorece también la ruptura de tejido social, el vínculo y del sentido de identidad: menos sentido de clase y menos búsquedas de las soluciones colectivas, lo que lleva a reproducir el “sálvese quien pueda” o a buscar soluciones en el narcotráfico, por ejemplo. La baja formación y cultura política generalizada lleva a la gente a la desesperanza con facilidad y a no plantearse la posibilidad de un proyecto alternativo, la ausencia de claridad de un proyecto a la vista, colabora a la desorganización y al estado máximo de resistencia, pero siempre perdiendo-

3.CARACTERIZACION DEL ESTADO ACTUAL DEL SINDICALISMO EN COSTA RICA

ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y CONTEXTO NACIONAL

Producto de la férrea represión de la clase gobernante el movimiento sindical del sector privado, especialmente en la zona bananero fue destruido en la década de los años 80, para imponer como falsa alternativa organizativa al Movimiento Solidarista y otra figura conocida como Consejo con Comité Permanente y la figura del arreglo directo para sustituir la convención colectiva.

A pesar de lograr en esos años modificar el código de trabajo prohibiéndole al solidarismo representar a los trabajadores la situación no modificó la destrucción de la capacidad organizativa del sindicalismo este sector.

Actualmente hay pequeños, aunque significativos esfuerzos por organizar sindicatos en sector privado especialmente agrícola, pero con grandísimas limitaciones económicas y muy poco apoyo organizativo de los sindicatos del sector público (por razones que no están claramente expuestas) además con la agresividad típica de los empresarios y la lentitud, poca eficacia del Ministerio de Trabajo y de los tribunales de justicia.

Una vez que neutralizó al sector bananero la estrategia del poder giró hacia el movimiento sindical del sector público, impulsando una contra reforma a la legislación laboral, consecuencia de la ley procesal laboral que tuvo su primera gran prueba en un movimiento de huelga que no logró su objetivo principal.

El ataque contra los trabajadores del sector público en el campo legal y salarial viene acompañado por una arremetida económica para “resolver” el problema del déficit fiscal, causado por el altísimo nivel de evasión y elusión fiscal, un modelo de desarrollo que exonera a los grandes empresarios exportadores provocando un grave problema de apalancamiento (deuda interna) para enfrentar los gastos principalmente del gobierno central.

En nuestra visión, aunque en el sector público todavía hay población meta para afiliar y fortalecer a los sindicatos, este tiene un tope relativamente pequeño si se compara con la Población Económicamente Activa. Este límite superior de afiliación del sector público nos muestra indicios de lo estratégico y urgente de la organización del sector privado.

Actualmente son pocas las empresas estatales que puede paralizar la económica con el fin de ejercer presión sobre objetivos laborales, políticos o económicos, tales como RECOPE, JAPDEVA y el ICE, pero tienen también limitaciones legales para suspender muchos de los servicios o bien sus actividades se están concesionando, quitándole fuerza no solo a la movilización sino también al crecimiento de afiliados, incluso hay ahora empresas pública que tiene subsidiarias con régimen privado creando dos tipos de trabajadores con derechos diferenciados usualmente menores a los de la casa matriz.

Los otros sectores sindicales más poderosos son el Magisterio Nacional y Salud, y Fuerza Pública cuyos efectos sin duda son muy visibles, pues molestan mucho no prestarlos a los ciudadanos, pero no tienen efectos directos en la economía, haciendo que los sectores de poder puedan maniobrar con mayor facilidad contra sus protestas.

Tenemos en curso tres proyectos de ley para quitarle el derecho a huelga a los grandes sindicatos del magisterio y para empresas públicas, aún no sabemos se habrá capacidad para detenerlo, pues recientemente salimos del movimiento de huelga sin lograr el objetivo principal lo cual tiene un efecto altamente negativo en la moral de los trabajadores, haciendo más difícil la movilización y teniendo posiblemente que recurrir a los estratos judiciales, lo cual presente altos riesgos y no son soluciones al corto plazo.

Aunado a esto el gobierno impulsar otros proyectos para restringir y disminuir los salarios, así como una política de negociación colectiva hacia la baja de los derechos.

NUESTRA RADIOGRAFÍA INTERNA

Tener libertad sindical en el Estado es un inmenso logro, pues en general no se persigue a nadie por sindicalizarse, incluso hay legislación específica que la condena, así como jurisprudencia abundante como soporte, incluso de la OIT.

Tenemos posibilidad de tener un local sin costo pues lo asume el patrono, licencias sindicales para trabajo, para asambleas ordinarias y extraordinarias, algunos incluso les prestan vehículos institucionales para giras, los más fuertes suscriben convenciones colectivas con muchas más facilidades para el trabajo.

El patrono nos rebaja la cuota sindical y puntualmente nos las transfiere, lo que implica estabilidad económica que muchas veces da para tener un fondo mayor de respaldo, a diferencia del sector privado que apenas puedan te despide a los afiliados o los dirigentes, deben reunirse domingo, no cuenta con recursos suficientes apenas pagan un local y con duras penas soporte legal, he visto asambleas en casa de una afiliada y el transporte como el almuerzo por contribuciones voluntarias, un informe de finanzas que tenía más gastos que ingresos no por desperdicio sino por el aporte extraordinario de los dirigentes.

Hay muchos sindicatos institucionales y pocos nacionales, instituciones emblemáticas como la CCSS y el ICE tiene decenas de pequeños sindicatos y uno más grande, sin que lo sea tanto como para tener posibilidades de una convención colectiva que demanda un tercio de los trabajadores de la institución afiliados.

En el magisterio 3 grandes sindicatos de un muy buen tamaño, pero tuvieron que aliarse dos para poder suscribir la primera convención colectiva de su historia. En las municipales y otras instituciones predominan muchos sindicatos institucionales con recursos financieros que los limitan en su trabajo, aunque no a los niveles del sector privado, curiosamente hay trabajadores afiliados simultáneamente a varios sindicatos, tenemos muchos sindicatos pequeños y muchas centrales sindicales, lo que muestra una gran dispersión y competencia entre las organizaciones ubicadas en el sector público.

LA UNIDAD EN AL ACCIÓN (o mientras te ocupo trabajamos juntos)

El movimiento sindical está dividido en dos grandes bloques, aunque la mayoría de las organizaciones sindicales realmente no participan directamente de esos espacios, uno es el BUSSCO y el otro es el de las Centrales Sindicales.

Por algunas razones no estudiadas profundamente, la gran mayoría de los espacios unitarios del movimiento sindical no ha logrado consolidarse en el tiempo, con una vida corta estos han sido cerrados para dar lugar a otros, lo curioso es que en general integrados por los mismos miembros que los integraban.

Del lado del BUSSCO puede que esté la mayor potencialidad de trabajadores a movilizar (médicos y funcionarios de la CCSS, ANDE, entre otros pequeños sindicatos institucionales y una Central Sindical), mientras en las Centrales Sindicales estaban las principales empresas del Estado como JAPDEVA, RECOPE y en algún momento el ICE, además del SEC, que de movilizarse provocarían serios efectos en la economía, algo que considerábamos estratégico en nuestra lucha contra el neoliberalismo.

Los efectos del trabajo unitario entre los dos grandes bloques que se puso de manifiesto en la última gran huelga fueron dos principales:

1. Cuando logramos la unidad en acción, la que prefieren la absoluta mayoría, existe serías limitaciones en el pensamiento estratégico, la planificación de las acciones es más que mediocre, la estrategia es ausente y la táctica queda por la libre. Decimos que vamos a planear, pero al no haber una unidad consolidada eso raras veces se materializa

2. La dispersión sindical genera algunos problemas organizativos que dañan el trabajo unitario. Pues se duplican esfuerzos, se aumentan los gastos, puede que se roces entre organizaciones compitiendo por la misma población meta.

3.  Al no haber planificación ni estrategia la propaganda es imprecisa, cara y de bajo impacto en los asociados y en la población en general.

La capacitación política de las bases no llega a todos los afiliados, lo que debilita el compromiso y la capacidad de lucha, muchos no llegan a comprender muchas veces las luchas coyunturales y su vínculo con una agenda estratégica de la derecha.

Muchos de los dirigentes no tienen suficiente conocimiento de los temas que abordan por lo que su intervención puede ser superficial y poco convincente, la labor sindical toca una multiplicidad de temas que evidentemente no puede ser manejado por un solo dirigente sino que requiere de especialización variada, pero hay pocos dirigentes en esa dinámica, a pesar de las típicas secretarias de las estructuras de las organizaciones no siempre tiene proyección nacional frente a ministerios o instituciones que si están especializadas.

No tenemos plan ni programa de lucha a largo plazo lo cual la agenda cotidiana la ponen los medios de comunicación o el propio gobierno con su accionar, vamos casi improvisando conforme estalla cada conflicto.

Es posible que un poco menos de la mitad de los funcionarios públicos apoyen los movimientos de protesta, pues la mayor parte del sector que se incorpora es el magisterio y salud, instituciones autónomas o entidades financieras parece no estar preparadas para levantarse en huelga, puede que sea la manera en que se promueve la huelga o la protesta, conocemos de casos instituciones que casi esperan el permiso patronal para protestar y pese a eso muchísimos de sus trabajadores no se incorporan.

Hace falta una reconversión del movimiento sindical que promueva organizaciones muchísimo más grandes y con mayor poder en lugar de la dispersión de muchísimas pequeñas con poca incidencia, avanzar a la materialización en el corto plazo de una central única de trabajadores para el país, sobre la base de la libertad de pensamiento y organización, dejando los discursos unitarios de lado para pasar a las acciones concretas. Coincidiendo con el Rodrigo Aguilar al plantear que la estrategia de nuestro movimiento debe ser:

“LA ESTRATEGIA: He aquí el mayor reto que tiene el movimiento sindical costarricense, organizar a quienes laboran en sector privado, con el menor número de sindicatos. En otras palabras, desde nuestra visión, se requiere crear un solo sindicato en hotelería, uno solo en transporte remunerado de personas, un solo en comercio, un solo en construcción, un solo en transporte de carga, un solo en banca privada, un solo en universidades privadas, un solo en salud privada, un solo en la industria tecnológica, un solo en la industria manufacturera, un solo en la agricultura, un solo en los call center, entre otros. Lo anterior significa que los ya existentes deben avanzar, pero generando a su vez las condiciones para alcanzar su propia fusión. Debe recordarse que a muchos y muchas trabajadores y trabajadoras habrá que convencerlos no en sus empresas sino en las comunidades donde viven, y esa no es tarea fácil. La tarea es ardua, el compromiso es serio, pero con visión, espíritu creativo y sentido de verdadera unidad para que se puede avanzar en las metas propuestas”

LAS PROPUESTAS

Las propuestas se organizaron en torno a 3 preguntas generadoras, los aportes que se presentan a continuación se presentan según dichas preguntas:

  1. ¿Cuáles son los objetivos estratégicos que debe plantearse el movimiento sindical?

Uno de los objetivos fundamentales es lograr una instancia unitaria, unidad en el proyecto de largo plazo que vaya poco a poco articulando los estilos de trabajo y las acciones tácticas. Establecer entonces un horizonte de lucha u horizonte utópico es necesario para poder construir esa unidad, se puede hablar, en el contexto actual de la derrota del neoliberalismo como proyecto unificador. Otro posible enfoque para esto, sería el de construir un proyecto de país, de sociedad. En esto se ha producido algún ambiente y lineamientos mínimos en torno a las grandes luchas de los últimos tiempos, particularmente en la lucha contra el TLC y en la lucha contra el recién aprobado Combo Fiscal, porque todo el movimiento tuvo que confluir en un análisis al respecto del modelo productivo, de la institucionalidad, de lo que se quería defender, de lo que se quería cambiar.

Tener un proyecto claro ayudaría mucho a luchar contra el gremialismo y el cortoplacismo que ha permeado tanto el mundo sindical y que lo fragmentado, convirtiendo a las dirigencias sindicales en enemigas entre sí por competir por un mismo “mercado” de afiliación.

El trabajo de sindicalización del sector privado es fundamental. Ahí se encuentra la mayor parte de la fuerza de trabajo, es donde hay más irrespeto a los derechos laborales y, además, es donde se golpea directamente al Capital. El sindicalismo en el sector público ha sido fuerte basado en que se han garantizado medianamente sus derechos, hay mucha más estabilidad y mucha menos represión sindical, pero es débil en cuanto a que sus movilizaciones y acciones de presión son más de carácter político-simbólico (golpea el tema de la legitimidad de alguna medida) que económica, aunque evidentemente sí afecta al gran empresariado no es directamente sobre éstos sus acciones.

Otro de los objetivos estratégicos es el de construir una clase trabajadora políticamente formada, con conciencia de clase, con capacidad crítica y analítica, con compromiso social para construir una alternativa al modelo. Es decir, la formación política de las personas ya organizadas, pero también de las personas trabajadoras en general por medio de campañas, debe ser un objetivo estratégico para disputar la hegemonía en la que, hasta el momento, vamos perdiendo evidentemente.

Además, es incuestionable que la carencia de una fuerte formación política es uno de los factores que impiden una mejor toma de decisiones (tácticas y estratégicas) dentro del movimiento sindical. Como parte de esa formación, con una visión más integral, habría que trabajar sobre las capacidades organizativas mismas, y las metodologías de trabajo. Retomar el trabajo de base, cara a cara, centro de trabajo por centro de trabajo y casa por casa es fundamental para poder reactivar el sindicalismo, renovar sus cuadros, volver a tractivo a las nuevas generaciones y no caer en la trampa de la tradición que termina por volverse conservadora y abandona las ideas del cambio social.

En este sentido, deconstruir y actualizar el discurso sindical, haciéndolo más popular y cercano a las necesidades de la gente, las de ahora y las de unas mayorías precarizadas y pauperizadas que no pueden defender -en abstracto- derechos que no tienen. El discurso debe ayudar a generar identidad, comunidad y sentido de pertenencia.

Al respecto, en ese sentido de pertenencia de clase, otro objetivo estratégico que es urgente asumir es el de incorporar a las nuevas generaciones y a las mujeres al movimiento sindical, lo que requiere un esfuerzo por adaptar las estructuras organizativas, los estilos de trabajo y los objetivos cotidianos a la realidad de las personas más jóvenes, las más afectadas por el modelo neoliberal. Abandonar los cacicazgos, el adultocentrismo y las estructuras patriarcales de organización es fundamental, así como abandonar la cultura machista y vertical. Este es un objetivo muy duro de cumplir, porque desgraciadamente está muy interiorizados todos esos vicios políticos, pero será necesario si el sindicalismo quiere realmente fortalecerse.

  • ¿Cuál es el aporte que puede dar el Frente Amplio para la realización de esos objetivos estratégicos?

El principal aporte que se espera del Partido es el de otorgar una visión estratégica, un proyecto país que enmarque la lucha sindical y ayude a darle sentido, contenido y dirección, mediante una relación dialéctica.

Ayudar a proporcionar un proceso de formación política, sin que signifique no distinguir entre la estructura partidaria y la sindical, pero sí aportando cuadros que ayuden al proceso de consolidación de los objetivos que se plantea el sindicalismo, para los que aún no tiene las personas y las metodologías necesarias.

El Frente Amplio, además, debe colaborar en ser el vocero crítico de la realidad nacional, mediante sus medios de comunicación y productos discursivos, que permitan al movimiento sindical tener con quien dialogar y con quien contrastar las lecturas que hace de la coyuntura nacional e internacional.

En un sentido más práctico, debe aprovechar su posicionamiento institucional (legislativo, municipal, etc.) para ser referente de confianza de la información necesaria para la acción, ayudar a coordinar acciones, asesorar, entre otros.

Sin pretender el anterior modelo de “correa de transmisión” el partido no puede seguir alejado del trabajo sindical y su militancia, con trabajo sindical, debe colaborar a crear un foco de pensamiento, una tendencia crítica que anime el debate y la acción en los sindicatos. No se trata de crear tendencias que “tomen” las juntas directivas, y reproduzca los mismos vicios ya existentes o imponga posiciones sin cambiar la cultura política sindical, sino que el Partido vaya siendo una tendencia de pensamiento sindical, que trascienda el gremialismo y aporte esa visión de clase, fuerte, fundamental para la acción sindical consecuente.

Así mismo, el Partido puede jugar en diversos momentos de puente o facilitador para la articulación del movimiento sindical. En algunos momentos, militantes frenteamplistas ya han tenido peso para promover las acciones sindicales unitarias y se han convertido en referentes intelectuales de dichos procesos. Esto debe seguirse incentivando: los cuadros partidarios deben ser reconocidos y de confianza del movimiento sindical.

Más específicamente en el plano de la formación, se plantea la necesidad de que el Partido abra los espacios necesarios para dar formación política sobre la base de sus principios ideológicos, y en las tradiciones de pensamiento más afín que da sustento a la lucha sindical (marxismos) tanto a la dirigencia sindicalista, como a sus bases y a la población en general.

  • ¿Cómo debe ser la relación entre Sindicatos y Partido, y viceversa?

La relación debe ser de mutua cooperación, de respeto y autonomía. Así como el Partido debe dedicar tiempo y recursos para fortalecer al movimiento sindical, los sindicatos deben reconocer esos esfuerzos y dejar de negociar con los políticos tradicionales, para identificarse con quienes son sus compañeros y compañeras de lucha en el Frente Amplio.

Es importante que el Partido establezca, con una Comisión Sindical fortalecida, unos canales y enlaces que permitan tener un diálogo ágil y espacios de intercambio permanente sobre la lucha sindical, la coyuntura, las propuestas que representan un peligro para la clase trabajadora y para debatir sobre las alternativas. Enriquecer el ambiente sindical puede ser un trabajo conjunto.

La relación debe ser dialéctica, de mutuo crecimiento, debe abandonarse la desconfianza y construir sobre la base de metas y objetivos comunes, transparentemente planteados, sin pretender a unos ni otro instrumentalizarse. Deben pactarse prioridades de trabajo conjunto.

Se pueden generar experiencias interesantes para sector privado, jóvenes y mujeres en conjunto, que fortalezca la identidad de clase y las habilidades organizativas de ambos, por ejemplo, con campamentos sindicales.