La Izquierda Necesaria: III Congreso Ideológico Frenteamplista

Artículo de Antonio Ortega Gutiérrez – Secretario General del Frente Amplio

El III Congreso Ideológico del Frente Amplio está cumpliendo su cuarto fin de semana de encuentros regionales y sectoriales. En las provincias se han vivido jornadas de debates y reflexión alrededor de los objetivos propuestos por nuestra Comisión Política y avalados por la Asamblea Nacional. El Congreso pretender poner un ojo sobre la coyuntura nacional y regional, y el otro sobre nuestro proyecto político, el cual en octubre próximo cumplirá 15 años de ser un instrumento que tiene como meta la transformación social en nuestro país.

Siendo también nuestro III Congreso un diálogo abierto de toda la afiliación con las tesis fundacionales del partido, con nuestro desarrollo como fuerza política y con nuestras anteriores reflexiones.

También, y dentro de este gran diálogo nacional, nos estamos encontrando con diferentes grupos y sectores de la sociedad: ecologistas, sector productivo, sindicatos, movimientos de la diversidad sexual, cooperativas, sectores macro-ecuménicos y grupos de juventud. Sus propuestas y luchas, pero también sus críticas y reflexiones sobre nuestro proyecto político.

¡La Costa Rica Necesaria!

La tenacidad en el debate y en la propia crítica han estado presentes en todos los encuentros, al igual que el sentido de responsabilidad que tenemos para con nuestro país, justamente ese es el espíritu con el que pretendemos llegar a las plenarias del 24 y 25 de mayo, para debatir y deliberar la agenda de lucha que la historia nos exige como Partido.   

Los encuentros hasta el momento han tenido una buena participación tanto en asistencia como en el nivel del debate, es evidente el entusiasmo puesto en buena parte de la afiliación. Aunque para nadie es un secreto que algunos compañeros y compañeras se han mantenido al margen de la actividad partidaria por diferentes motivos: decepciones, conflictos o situaciones personales. Muchas de estas voces hacen falta, y grave error se cometería si se pretende negarlo.  Este proceso también deberá poner especial atención en todos estos estados de ánimo dentro de la afiliación.

Sin embargo, no podemos olvidar que nuestra razón de ser son las personas y sus condiciones de vida (naturaleza incluida), sobre todo la de los sectores más vulnerables que no han encontrado gobiernos solidarios ni valientes. Esa inmensa mayoría de costarricenses que piden justicia tributaria y un alto a la corrupción y al saqueo. Esta vocación de transformación debe ser la rúbrica de la izquierda costarricense, partidaria o no, y la del llamado “arco progresista” de nuestro país. No podemos optar por la marginalidad política para vernos el ombligo y aplaudirnos frente al espejo, ni tampoco podemos empeñar las banderas por un falso pragmatismo que no es más que la compra de conciencias, como actualmente lo observamos en muchos aún autodefinidos “progres”, que en nombre de una supuesta “estabilidad” impulsan con entusiasmo la agenda neoliberal de las elites económicas. Ninguna de estas posturas pone en el centro de la actividad política a las personas.

Para la construcción de la Costa Rica necesaria hace falta arrollarse las mangas e ir, como cantaba Victor Jara, “ahí, donde las papas queman”. Al país le urge que cada vez más personas valientes y honestas se levanten en contra del saqueo de las instituciones; el enriquecimiento en pocas manos y el empobrecimiento mayoritario; la galopante corrupción; el discurso del odio: misógino, xenófobo y homófobo; y avance de los mercaderes de la fe. Ésa es “la reserva moral de Costa Rica”, de la que tanto nos habló el compañero José Merino del Río.

 El Frente Amplio tendrá que seguir apostado a ser “la casa común” de los grupos de avanzada, para ocupar desde la izquierda también los espacios que dejaron vacíos los entonces partidos socialdemócratas y socialcristianos, hoy, más que nunca secuestrados por las élites económicas. Los espacios de la solidaridad y de una Costa Rica para todas y todos, no sólo para una minoría pudiente y egoísta.

¡Esa es la izquierda necesaria, la llamada a construir esperanzas!