¿Por qué un “recorte” y no un “impuesto”?

Carlos Alvarado adelanta que se aplicará un recorte del 15% en los salarios más altos del sector público. 

Me pregunto: ¿por qué un recorte y no un impuesto?

Podría aprobarse un adicional sobre el impuesto sobre la renta, graduado de forma progresiva a fin de hacerlo más justo. Desde el punto de vista de las finanzas públicas no habría ninguna diferencia apreciable: lo que se “ahorra” con el recorte, se “recaudaría” con el impuesto. Y potencialmente mucho más.

Creo que la respuesta hay que buscarla en las cámaras del gran empresariado, en especial la UCCAEP. Para esta gente el impuesto comporta peligros, de los que está exento el recorte. Si usted pone un adicional progresivo al impuesto sobre remuneraciones suficientemente elevadas en el sector público ¿cómo justificaría no aplicar un impuesto similar a ingresos suficientemente elevados en el sector privado?

Y si usted aplica un impuesto con tales características a ingresos provenientes del trabajo ¿cómo justificaría no aplicarlo a ingresos provenientes del capital, tales como dividendos, intereses, alquileres o ganancias de capital?

En el contexto de la #pandemia por #Covid19, con todas sus devastadoras consecuencias humanas, sociales y económicas, el concepto de impuesto evoca la obligación de la contribución solidaria y universal: todos y todas quienes puedan contribuir, deberán contribuir, sin mirar si está en el sector privado o público. 

El único criterio son las posibilidades reales de cada quien: da quien puede dar, y se da a quien está en necesidad de recibir. Apelar al “recorte” implica tomar un atajo: diferente al impuesto, que evoca una obligación de alcance general, el “recorte” permite enfocarse solo en quienes trabajan en el sector público. “Yo no puedo recortar los salarios en el sector privado” aducirá Carlos Alvarado.

A mí que me pongan los impuestos que sea justo y necesario, de acuerdo con el nivel de mis ingresos. Y que todas las demás personas que también pueden contribuir porque tienen ingresos similares o más altos que los míos, que lo hagan de la forma correspondiente. 

No es asunto de si uno trabaja en el sector público o privado. Es asunto de su capacidad para contribuir y en cuánto.

Pero los “ricos-realmente-ricos” de Costa Rica no quieren oír hablar de tal cosa. Y Alvarado los complace.

  • Luis Paulino Vargas Solís. Economista, profesor, investigador y catedrático universitario, es Director del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo (CICDE) de la UNED.