Frente Amplio en defensa de las familias campesinas frijoleras

Intervención del Diputado Ronal Vargas Araya, en el Plenario legislativo el día 18 de junio de 2014. El Diputado Vargas Araya es integrante de la Comisión Permanente de Asuntos Agropeduarios.

Diputado Ronal Vargas Araya:

Hay cantones de la provincia de Guanacaste y de la Zona Sur también donde la producción del frijol es algo fundamental, fundamental porque toda la economía familiar de muchas personas gira en torno a la producción del frijol.

El frijol importado va matando poco a poco el mercado nacional

Desde hace muchísimos años, el Gobierno se ha mantenido no al margen de la realidad de los pobres campesinos y las familias campesinas que están sufriendo, sino casi que en contra de ellos, y el frijol, que se trae del extranjero, el frijol importado va matando poco a poco el mercado nacional.

Ya en estos días acaba de declarar el MAG, precisamente, el desabasto para los próximos meses de este grano de frijol y, por ende, la posibilidad no solo de poder importar más frijol, sino —y siento yo lo que es peor— importarlo de países extremadamente lejanos, como es el caso de China.

Milagros del “libre comercio”: Al productor nacional le pagan a ¢20 mil por quintal y se importa de China a ¢28 mil por quintal

No sé si lo sabían, pero un quintal de frijol chino cuesta aproximadamente entre veintisiete mil y veintiocho mil colones el quintal; eso sin contar todo el daño que se hace a la naturaleza por todo el afectamiento con el cambio climático y otro montón de factores de gastos de combustible, etcétera.

Un frijol producido en nuestra tierra es mucho más barato, pero se les está pagando cualquier cochinada a nuestros campesinos.

Este fin de semana estaba reunido con unos campesinos en un pueblito olvidado que se llama San Antonio de Santa Cecilia de la Cruz. Me decían esos campesinos: Aquí nunca ha llegado un diputado, es la primera vez que conocemos un bicho de estos. Estaban admirados. El alcalde una sola vez en la historia de nuestro pueblo ha llegado aquí, el alcalde del lugar.

Hay pueblos que realmente a los políticos no les importan porque son tan pocos votos que nadie los visita. Pero todas las familias viven de producir frijol y lo vendieron a veinte mil colones el quintal, o sea, ocho mil colones menos de lo que los gobiernos le compran al Gobierno de China.

¿Cómo esperamos que mejore realmente la situación de los más pobres si los tenemos casi en el abandono?

¿Cómo esperamos que la economía familiar mejore en el país?, ¿cómo esperamos que mejore realmente la situación de los más pobres si los tenemos casi en el abandono, si no hay políticas gubernamentales que favorezcan realmente a los frijoleros?

El frijol importado de Nicaragua —porque a veces sí hace falta importarlo, porque el mercado nacional no da abasto— anda aproximadamente a veinticinco mil, veintiséis colones el quintal, todavía mucho más barato que el frijol chino. Pero los gobiernos siguen insistiendo a apostar al frijol chino en nuestro medio.

Realmente que me preocupa porque siento que no solamente el Poder Ejecutivo, sino también desde la Asamblea Legislativa, a este gremio de los frijoleros humildes, de los campesinos de Nicoya, de La Cruz, de Upala, de la Zona Sur, no les hemos dado ninguna respuesta al respecto.

Hay que defender a las familias campesinas frijoleras

Estaba leyendo hace poquito un pensamiento de don Pepe Figueres, y lo aplicaba al frijol. Oigan qué lindo lo que dice don José Figueres Ferrer, o lo decía en su tiempo: No habrá manera de desarrollarnos y salir de la pobreza mientras los pocos negocios grandes de nuestro medio se entreguen a las economías foráneas y nosotros nos quedemos con solo negocios de pobres; mientras en vez de ser propietarios de nuestro propio país, nos convirtamos en un ejército de empleados del exterior.

Así decía don José Figueres Ferrer. Qué lástima que ningún ministro de Agricultura de los últimos años haya escuchado estas sabias palabras, y en el tema del frijol y otros temas de agricultura, nos estamos volviendo esclavos foráneos, perdiendo la soberanía alimentaria, y preferimos que una sola persona se enriquezca con millonarias importaciones de frijol, a que miles de familias costarricenses recuperen su dignidad y su vida normal, pudiendo vender el frijol a un precio justo en nuestro país.

Ojalá que este llamado de atención sirva para que nuestras autoridades cambien de actitud hacia las familias campesinas frijoleras.